lunes, 26 de mayo de 2008

Hipotecado está


Por El Gato

La noche suena en el tejado por cada loco poco a poco enjaulado.
Los minutos son cometas, y la vida una galaxia. Ni hablar de aquella infancia, en la que Marte era esa estrella.
Durmiendo sin camiseta, se te piantan los peldaños, de aquella escalera fina, que ni loco fuiste armando.
Cuántas escarapelas, en tantas festividades. No creas en fantasías, que cubren atrocidades.
Fijate sin miramientos, qué pasa en aquel juzgado. No es justo, no es atinado, quién manda en este reinado.
El rumbo en la bicicleta, es pobre sin ambiciones. No creas en la careta, zafá de esa amarga hipoteca.

lunes, 5 de mayo de 2008

Se que el rocío cae con más fuerza cuando la noche es casi silenciosa

A través de su filtro verde todo lo observa, con cautela y atención.

Contemplar ese ojo contemplando, seguramente es tan placentero como lo ha de ser su propia sensación. Porque transmite disfrute su mirar. Es paz y sosiego. No refleja tristeza, aunque seguramente a lo lejos alguna herida recibió.

La lupa no puede captar ciertas cosas. Instrumentos avanzados son utilizados científicamente para demostrar lo que cree aquél que confía en ese amuleto. Hay naturalmente instrumentos de percepción. Percibo lo verde como algo frío y cortante. Es el ojo el que quema. Y es que la luz intensa tiene ese don.

Gira su ángulo, sube la altura. Apunta en cualquier dirección y su atención no se ve influenciada ni determinada por el exterior. Una sonrisa quizás capte el radar. Vigila y espera. El objetivo se mueve con extrema velocidad. Mis pasos son ágiles y mis miradas filosas. La noche más oscura es la que espero para cruzarnos en la acción.

Puro palabrerío!

Juego! No concibo la vida sin el juego!





No pienses en otras cosas, que las tienes en el mar, o las ves llegar furiosas, o las ves mansas llegar.

Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.

Más de uno me preguntó quién escribe este blog, si tengo un segundo nombre, o si sólo respondo a los influjos de un viejo brujo. La respuesta es sencilla:
Nada, yo soy Adán

Un cóctel letal.


Amor y egoísmo, histeria y sinceridad.

Magia y aburrimiento. todO.

Lo blanco y lo negro. La acción y el letargo.

Una melodía que atraviesa la carne.

La brutalidad encubierta bajo un manto angelical.

En el cual no nos reconocemos!