martes, 24 de junio de 2008

Eureca!

En uno de mis extensos momentos de plenitud, en el apogeo de mi vida encontrábame saltando por los morros de brasil. Recuerdo con cariño la agradable sensación de pisar descalzo la tierra húmeda, el pasto fresco y las piedras algo resbaladizas.

Mi objetivo mientras saltaba era obtener siempre una visión diferente del paisaje. A medida que subía, doblaba y bajaba, me detenía en puntos panorámicos que hacían que la misma playa fuera 100 playas diferentes según el ángulo que tomara desde mi faro que en realidad era x piedra o Z musgo.

Era increíble ver cómo podía cambiar tanto algo visto de diferentes lugares.
La perspectiva, Watson, no es más que eso! Observar la misma playa de brasil desde los diferentes morros que la rodean!!!

2 comentarios:

  1. Me recuerda a los trotes a la orilla del mar de Bombinhas, cordoncito en tobillo infaltable...

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  2. ¿Y si uno observara la misma playa en el mismo lugar, pero en diferentes momentos de tiempo y estados de ánimo qué sería?

    Cómo un personaje de una película cuyo nombre no recuerdo que había fotografiado la misma esquina de NY todas las mañanas desde la puerta de su negocio durante como 20 años y conocía las historias de varias de las personas que estaban en su álbum.

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