martes, 20 de octubre de 2009

Uno es lo que come.

Martes, 23.30 horas, en la calle ya no hay nadie, sólo un grupo de chicos en una esquina oscura. Desde el balcón miro el cielo sin estrellas ni luna y pienso en la noche silenciosa de esta ciudad que cada vez está acostandose a dormir más temprano. Recuerdo una buenos aires nocturna con mucha vida, en la cual era impensable sentir miedo frente al calor de la noche. Hoy parece que hasta la misma noche se ha olvidado de abrigarnos y creemos que estamos en peligro permanente.

De repente, el pensamiento es sacudido violentamente por una prueba irrefutable que confirma lo pensado. En la otra esquina, dos autos danzan en trompos interminables al compás de una música siniestra de chapas y metales. El choque sacude la noche, y en menos de 5 segundos, los balcones se poblan de almas sedientas de emociones. Los mismos chicos que estaban en la otra esquina, a una cuadra de distancia emprenden una carrera, para ellos excitante, hacia el lugar donde se produjo el choque. Escucho sus voces y veo salir más almas pero ya desde los edificios y casas, cámara de fotos en mano. Ninguno siente dolor o pena por lo que pasó, ni sale con un botiquin en la mano. Sino que van en busca de una foto o video descarnada, en lugar de ir en auxilio de nadie. Los chicos que corren van contentos, con sonrisas en sus caras, gritando como si algo emocionante estuviese ocurriendo. Las almas tristes de los balcones, esbozan facciones de sorpresa. Todos ellos están asistiendo a un capítulo en vivo de lo que están acostumbrados a ver por la caja boba. Y eso para ellos es emocionante. La ficción que consumen día y noche se ha transformado en realidad por unos instantes. Triste realidad en la cual no disciernen entre una tragedia verdadera de la tragedia de un espectáculo. Están acostumbrados a que ambas sean sinónimos bajo el filtro morboso de la caja boba.
Las tragedias griegas, sin duda, eran tragedias, pero no dejaban de ser ficción. Si esa tragedia ocurría en la vida real, dudo que alguien sintiese la misma emoción que podía sentir al leer una de ellas.

Ya no diferenciamos entre la ficción y la realidad. El morbo se ha instalado como un sentimiento o una emoción compartida. Y claro, lo cotidiano se vuelve trivial en estos mares sin aventuras reales, totalmente carentes de sangre y espíritu.
Algunas almas van perdiendo su luz, y se convierten en vampiros, deseosos de sangre ajena, sin sangre propia para encaras sus propias aventuras. Así desean solamente que nuevas tragedias se sucedan frente a sus ojos espectadores, pasivos y morbosos. No se atreven a vivir sus propias vidas, y quieren seguir comiendo pochoclo desde sus cómodos sillones. Han aprendido eso. Han vivido así y no tienen sangre que active una voluntad de cambio.
La noche oculta sin dudas misterios que el día con su voracidad devora.Me pregunto cuántas almas nobles de ánimo, espíritu y fuerza nos quedan. Me pregunto si están predestinadas a seguir el camino del pochoclo y si matarán por ver sangre al igual que estos chicos que corren cámara en mano.

La cuna de las miserias sin dudas se mece en el alma.

viernes, 16 de octubre de 2009

Adan no es δόξα

Adán cargó una vez más la mochila con ropa sucia.Esperó cauteloso y trató de encontrar las palabaras. Espera que la espera pueda apaciguar las energías de quienes no compartan este pésame de adán.

Primero la ilustración: Noticieros alientan y proponen la opinión indiscriminada en cualquier materia de cualquier transeúnte que desconozca el tema tratado en cuestión. Así una ama de casa es consultada acerca de qué opina del efecto del desodorante en la capa de ozono, el resultado es que ésta responde cual erudita en el tema. Del mismo modo, un alto ejecutivo de una prestigiosa compañía opina sobre si es correcto o no que Basile forme a Boca como lo hace. Estos grandes debates se suceden en cuestión de segundos. Bastan un par de opiniones para que la producción del programa cambie de tema. Porque el sentido es entretener. Lo que entretiene es el cambio constante, el análisis superfluo. La falta de compromiso con el conocimiento y con la búsqueda de la verdad. Así se genera una cultura de la opinión rápida, que "vale", inconsciente, "libre?", libertad de expresión? ja! Parménides se revuelca de risa en su tumba y repite bien bajito! Pura doxa, pura doxaaa


Acaso es cobarde atreverse a decir: No estoy informado en el tema, o me parece absurdo que usted me pregunte algo que sabe que no estoy preparado para responder! Quizás haya héroes anónimos baneados por la señal. Quizás estos héroes son los que gambetean las cámaras y los micrófonos. Sin dudas aquél que tiene algo serio que decir no va siquiera a arrimarse a tremenda picadora de carne.Lo cierto es que la opinión ha ganado un peligroso espacio en la biblioteca de la mente.


Ahora bien, el tema en cuestión:
Ante cada ser humano que se muera, vamos a tener que leer frases como: Grande Finadito! fuiste un grande en vida! te vamos a recordar!
Para quién escribimos ese tipo de frases? Acaso no son cosas que leen sólo nuestros afectos? Queremos así demostrar a quienes nos rodean que X se merece nuestro respeto? Hace falta expresarlo justo cuando X deja de estar en el reino de los vivos? No es acaso como el piropo a una mujer dicho en barra que pretende seducir más a los amigos que a la mujer que se dará vuelta y dirá: tarado, si te gustaría ser baldosa, serías una floja!Por otra parte, si tanto nos lamentamos por la muerte de los seres humanos, cómo puede ser que no nos lamentemos por la cantidad de personas que día a día mueren por hambre, guerra, pobreza, injusticia, miseria?Cómo puede ser que no nos lamentemos por la gente que vive en la calle en condiciones inhumanas y que flirtea a diario con la muerte? Qué paradoja que tantos sientan la muerte de pocos y que muy pocos sientan la muerte de tantos!
Mis queridos amigos, en el país de los recursos naturales y los alimentos, el hambre mata. Y más allá del hambre, el egoismo, la miseria, la corrupción y principalmente la política y nosotros mismos cómplices silenciosos miramos a un costado cuando el verdugo de turno suelta la guillotina.


Pero volviendo al tema de la casa en llamas como diría Charly,
Acaso no es la obra de un artista la que debemos respetar. Acaso no es ya suficiente para la gente realmente cercana, el dolor de la pérdida, como para encima tener que estar leyendo en titulares, blogs, carteles y pancartas cursis que intentan representar un pseudo dolor? No es acaso mucho más respetuoso, acompañar con el silencio?
Si hoy día sentís respeto por alguien vivo, por qué vas a esperar a que esté bajo tierra para decirle a otros lo mucho que admirás o respetás a quien ya no está? Para quién es ese mensaje?
Respeto que uno se conmueva con el arte o la actividad que desempeñe cualquier otro. Y también respeto que se conmueva con la partida de esa persona. Mi pregunta es, hace falta?
Hay necesidad de crear estos mitos? Acaso será que nuestra propia existencia siente de cerca la muerte y ante tremebundo cagazo esboza un abrazo de respeto para ver si nos da changui para estirar la llegada de la parca?


La muerte. El objeto de poesía en vida. La posibilidad que culmina con todas las otras posibilidades.


Sin dudas preferiría a X vivo y haber gozado de más de sus discos, porque su arte sigue transformándonos. Ni hablar que me encantaría ver a Z compartiendo un escenario con Y! Sin dudas me encantaría seguir leyendo nuevos cuentos de B. Sin dudas... Sin dudas estamos, creemos que cualquier pavada es una verdad, sin siquiera someterla a nuestro propio juicio.


Son estas frases de Adan, mera opinión? Acaso una opinión se pone en duda a sí misma?


Lo dudo? Lo dudo.